Sus manos están pinceladas, agrietadas por pequeños detalles que el trabajo en el campo le dibuja a diario.
Jennyfer McCulloch, o simplemente Jenny, es quizá la única herradora de caballos de la Argentina. Una mujer que, siguiendo su pasión, se animó a irrumpir en un mundo de hombres sin por eso dejar de lado su naturaleza femenina y maternal.
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