Las cosas que hemos hecho para acercarnos a las chicas... ¿Cuántos hasta se atrevieron a jugar al elástico? Vamos, no mientan.
Mucho antes de descubrir a los cronopios y los famas de Julio Cortázar, conocí la rayuela. Para nosotros, los pibes del barrio, antes que una genial obra literaria fue un juego para acercarse a las chicas en los comienzos de la adolescencia.
Por un rato, quedaban abandonados los autitos y la pelota de fútbol para acercarnos a experimentar, entre muchas otras cosas, cómo sonaba de cerca la risita tímida de la vecinita de al lado.
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