No hay despertador. El Sol y la Luna dicen qué se hace, cómo y cuándo. El primero se asoma a las 4. En ese momento se escucha el llamado desde el alminar de la mezquita. Estamos en Ibo, una isla en el norte de Mozambique, donde la mayoría de sus 4.000 habitantes practica la religión musulmana y habla el kimwani, una mezcla de árabe y swahili.
La vida pasa al ritmo del Sol y la Luna en este rincón de Mozambique, que fue uno de los grandes puertos esclavistas de Africa.
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