El mismo pensamiento –mezcla de enojo y revancha– tienen hoy muchos de los que apoyaron a este Gobierno y que –poco a poco– fueron expulsados o se corrieron de la mesa cada vez más chica que tiene el poder.
En el largo anecdotario de dichos y refranes que se le atribuyen a Juan Domingo Perón, hay uno que calza como anillo al dedo a los largos 475 días que faltan para que Cristina Fernández cruce la banda presidencial a su sucesor. “Que se cocinen en su propia salsa”, dicen que dijo Perón en 1974 cuando en esta ciudad se empezaba a gestar el Navarrazo, y así dejó a los cordobeses solos para resolver esa encrucijada.
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