Desde que una tremenda explosión en el ducto gasífero de Transportadora de Gas del Norte (TGN), en Pilar, pusiera en vilo a los cordobeses durante toda una jornada el pasado 1º de agosto, de manera permanente, y en miles de bocas, un “gracias a Dios” resumió el sentimiento generalizado de que todo pudo haber sido peor, pese a que la tragedia se cobró una víctima fatal y dejó heridos. Una maestra todavía pelea por su vida en un hospital.
María de los Ángeles Miranda*
Con impudicia, y como ocurre con frecuencia, Provincia y Nación utilizaron la situación para sacarse miserables ventajas políticas, en una pugna que nos tiene a los cordobeses por rehenes.
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