viernes, 22 de agosto de 2014

Cortázar, el incomprendido





Eugenia Almeida






Osvaldo Bayer lo llamó “el bondadoso”. “Nuestro hermano mayor”, dijo Juan Rulfo. Muchos lo reconocían como un hombre diferente, justo, increíblemente humano. Pero también hubo quien le dijo “contrera”, “traidor”, “reaccionario”, “desertor”, “esnob”, “enemigo encubierto”. Desde la derecha se lo estigmatizó por su apoyo a la Revolución Cubana. Desde la izquierda se lo acusó de “burgués”. Cuando obtuvo la nacionalidad francesa hubo quienes hablaron de “traición a la patria”.








El escritor argentino fue criticado por casi todo lo que hizo. Ya es hora de liberarlo de una visión dicotómica que persigue a los realistas por poco imaginativos y a los que buscan lo fantástico por evadirse de la realidad.









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