Las nuevas migraciones consolidaron un fenómeno que había empezado algunas décadas antes, por otras razones, y que termina con la evidencia de que las Sierras ya no son de los serranos.
La población rural no deja de mermar en Córdoba, como en el país y el mundo. En 1980, 20 de cada 100 cordobeses vivían en el campo. Hoy, son sólo ocho de cada 100.
Esa migración de ambiente rural a urbano encuentra explicaciones: en los campos casi no quedan dueños (los alquilan o, aun produciendo, se mudaron a las ciudades) y trabajan menos peones rurales porque la tecnología desplazó mano de obra y la creciente sojización genera menos empleo que ganadería y tambos, que fueron perdiendo espacio.
Contenido extraido de: http://ift.tt/1A6pqNE