Escribir hasta que la eternidad te pida perdón de rodillas. Cosas como esa dice Hugo Rivella cuando parece que está hablando de poesía. Pero no es sólo decir: poesía es lo que le empuja el ardor de la sangre hasta libertar la voz y le hace sudar destellos por sus ojos de color salteño, de profundo mirar americano. Es que frente al Misterio, como hombre de la tierra y de la letra, la palabra es su certeza, su vocación de maravillas.
El poeta Hugo Rivella vive desde hace medio siglo en Córdoba, ciudad a la que llegó con la idea de estudiar Medicina y hacer conocer su música. Sigue cosechando reconocimientos en distintos lugares del mundo. Su mirada profundamente americana se mantiene despierta.
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