En su 12ª audiencia, el juicio oral por la voladura de la Fábrica Militar de Río Tercero entró, por primera vez de lleno, en el debate sobre su vínculo con la exportación ilegal de armas, que tuvo a esta planta como una especie de centro operativo entre 1993 y 1995.
Esa es la hipótesis con la que, a lejanos 19 años de los hechos, el caso llegó a juicio: la sospecha de que fueron intencionalmente provocadas para ocultar esas maniobras.
En el juicio oral, declaró ayer Omar Gaviglio, un testigo clave de las maniobras perpetradas para las exportaciones a Croacia entre 1993 y 1995.
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