viernes, 31 de octubre de 2014

Cuando el Día de los Muertos convocaba multitudes





Juan Carlos Toledo (Especial)






A Gustavo Adolfo Bécquer, en su poema “Qué solos se quedan los muertos”, lo abruma la despedida de un ser querido. Y ya en el cementerio exclama: “¿Todo es vil materia, podredumbre y cieno? ¡No sé; pero hay algo que explicar no puedo, que al par nos infunde repugnancia y duelo, al dejar tan tristes, tan solos los muertos!”.








El Día de Todos los Muertos, que se conmemora mañana, solía ser una jornada de homenajes masivos en los cementerios cordobeses. Hoy pasa casi inadvertido.









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