domingo, 26 de octubre de 2014

Entre dos mundos





Los otoños suelen ser cálidos en México. “Uno puede andar de mangas cortas durante el día, pero por la noche baja la temperatura y la madrugada es dura”, nos advierte Eloísa, la guía de la combi que nos acompañará desde Morelia hasta tres pueblos del interior del estado de Michoacán donde participa­remos del rito ceremonial que la Unesco declaró “Obra maestra del patrimonio cultural de la humanidad”. Son las 20.30 del primer día de noviembre y señala que nos tomará un par de horas hasta la primera parada. Nos entrega una manta a cada uno, sube una botella de mezcal y partimos.









Según la tradición, en la noche del 1° de noviembre, las ánimas visitan a sus familiares, quienes los agasajan hasta la madrugada. Luego, con velas y pétalos, les señalan el camino de regreso al inframundo.









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