miércoles, 29 de octubre de 2014

Golpe a la omnipotencia





Estaba en la cama y sentí que mi mano izquierda no podía levantar el vaso de Coca, que estaba pesadísimo, y que no podía mover mi pierna izquierda. Cuando mi mujer regresó al dormitorio trayendo unas tostadas, le dije “Gorda, acá hay algo raro”. La médica de emergencias nos dijo que tenía una ACV en curso. Me trasladaron al sanatorio Pasteur de Catamarca y allí me atendió el doctor Rubén Manzi.


Todo el tiempo estuve consciente, en ningún momento sentí temor, manejaba la situación y daba indicaciones.









El ACV cambió su mundo. Miguel Haarscher delegó la gestión de sus negocios y volver a caminar es su objetivo.









Contenido extraido de: http://ift.tt/100q9CH