Admiramos y valoramos el costado afectivo y afectuoso de nuestros adolescentes. Sabemos por experiencia propia que el secundario es una etapa inolvidable de nuestras vidas y que los vínculos allí forjados forman parte de nuestra identidad.
Sabemos que dejar el secundario es abandonar la adolescencia, y no están de más los rituales que nos lo recuerdan.
En ese contexto, hace ya unos años se ha instaurado un nuevo rito en los adolescentes escolarizados: las despedidas de los años inferiores a los “chicos de sexto año”.
El alcohol es, de manera directa o indirecta, la principal causa de muerte en adolescentes (49 por ciento de los accidentes mortales).
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