El tiempo pasa, ya es media mañana y la gente va llegando; los turistas comienzan su peregrinar y a lo lejos se puede ver la cortina de polvo que levantan los vehículos; el pequeño poblado que vimos al llegar, se transforma en una ciudad llena de viajeros de todo el mundo.
Cada 15 de agosto, en Casabindo se moviliza un pueblo, una provincia y un país, para ver un espectáculo único que, según de qué lado estemos, será un espectáculo turístico y pintoresco o una gran movilización de fe.
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