Ciudadanos Agencia AP Santiago de Chile. Un día Paulina Bobadilla recorría con su hija Javiera un camino de montaña y por un momento pensó en acabar con la vida de ambas. No soportaba ver sufrir a su niña, quien padece de epilepsia refractaria, un mal que no responde a los anticonvulsivos tradicionales. Son de Chile. Las mujeres cultivan en forma clandestina la marihuana para extraer el aceite que calma e incluso hace desaparecer las convulsiones de sus hijos.
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