viernes, 26 de diciembre de 2014

Daniel de los estudios

Ciudadanos Copiarlo, ¡eh! No imitarlo. Quien ose imitarlo arderá en la hoguera del Averno. A uno, cuando ni siquiera soñaba con estar de este lado del mostrador del periodismo, le bastaba leer sus epígrafes para saber si valía la pena o no ir a ver la cinta. Y si era “no”, no se hacía ningún problema, porque en Córdoba había un cine en cada cuadra que ofertaba de a dos y tres películas por función. Ángel Stival z Escribir sobre Daniel es tan fácil que parece robo: basta copiarlo.



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