Política En las últimas semanas, la gestión Mestre se alejó de los escándalos, recuperó iniciativa y cerró frentes judiciales. Al mismo tiempo, ratificó que la prioridad absoluta del municipio son los sueldos. L as tres largas semanas consumidas por la dirigencia política cordobesa entre YouTube, Facebook y lo que iba sucediendo en los despachos judiciales a causa de los videos de la Córdoba subterránea representaron un bálsamo inesperado para la gestión municipal de Ramón Mestre. El intendente, en abril pasado, atravesó una severa crisis política y reemplazó a medio gabinete por otras cámaras ocultas, pero –al menos en lo exhibido hasta ahora en la saga del abogado Marcelo Touriño y el conductor de ADN , Tomás Méndez– esta vez quedó a salvo.
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