Opinión Ya se ha cumplido un año de aquel diciembre de 2013 en que Argentina vio cómo reclamos policiales desoídos sirvieron de justificación del incumplimiento de la responsabilidad de brindar seguridad a la población. La existencia de necesidades insatisfechas fue justificativo del pillaje, del saqueo y la depredación; y el valor de la defensa legítima ante la agresión injustificada se degradó hacia la cobardía del linchamiento. Jorge Luis Jofré* A un año de los reclamos policiales, los pasos que se dieron, ¿lograron reconstruir la confianza ciudadana en la institución policial o es menester profundizar los cambios?
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