Noticias Africa es como mi casa”, dice Claudia Ermeninto y comienza a relatar sus primeros viajes cuando apenas tenía 24 años. Habla de las personas que salen a recibirlos, de los que se esconden porque los ven como llegados de otro planeta, de poblaciones sometidas a 30 años de guerras, del dolor en países donde los sistemas sanitarios colapsan. Habla de ver morir de hambre y de la urgencia ante la epidemia del ébola. Las imágenes aparecen como recortes de una película lejana. Claudia Ermeninto conoció Africa cuando tenía 24 años y era una de las más jóvenes integrantes de Médicos Sin Frontera. Allí vio la cara más negra de la guerra y de las epidemias generadas por la pobreza. También se enamoró de la profunda humanidad de la gente que puebla el “continente negro”.
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