Mundo Agencia AP San Salvador. Ahora que el Papa declaró mártir de la fe al asesinado monseñor Oscar Arnulfo Romero, los mismos sectores que fueron sus más duros detractores y crearon un ambiente adverso que culminó con su muerte lo elogian como un luchador social y prometen construirle un monumento en el centro de la capital si ganan las elecciones. Sus detractores ahora quieren levantar monumentos para el prelado asesinado en 1980. Su secretario dice que había oposición política a su beatificación.
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