Negocios En un puñado de meses, la planta de Santa Isabel pasó de la agonía a la esperanza. De masticar incertidumbre, a volver a colocar en escena dos grandes grupos de proyectos industriales, horizonte anhelado por el conjunto de la actividad automotriz. En un puñado de meses, la planta de Santa Isabel pasó de la agonía a la esperanza. De masticar incertidumbre, a volver a colocar en escena dos grandes grupos de proyectos industriales, horizonte anhelado por el conjunto de la actividad automotriz. Cristina Fernández se esforzó ayer por acomodar en su vitrina el trofeo que implica un anuncio de tamaña magnitud. Pero, en verdad, los factores determinantes de la decisión pasan por un trabajo que desde hace tiempo vienen realizando directivos, proveedores e, incluso, el gremio mecánico.
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