San Pablo. Kellia de Oliveira, de 29 años, no sabe cuándo podrá ser madre. Su marido no tiene ninguna prisa, pero sobre todo no tiene cómo mantener a un hijo. “Si no puedo comprar un bife, me compro una salchicha, pero mi hijo no va a dejar de tomar leche. ¿Cómo mantengo un niño con lo que entra en casa?”. La renta familiar los coloca en la nueva clase media de Brasil (clase C), aunque coqueteen con la clase D cuando él, que ahora gana 1.100 reales (450 dólares), se queda sin empleo, lo que ocurre con frecuencia.
Las personas a las que Lula sacó de la pobreza decidirán con su voto el resultado de las urnas el próximo 5 de octubre. Paradójicamente, el PT pierde adeptos en esta franja.
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