jueves, 2 de octubre de 2014

Memorias de un testigo del rock and roll





Antes de suicidarse, en 1973, Michael Cooper dejó una carta para su pequeño hijo Adam en la que le aclaraba algunas cosas, porque sospechaba que su decisión final sería malinterpretada. “No creas cuando digan que me maté porque el balance de mi mente estaba trastornado –escribió en un momento–. Sólo vivo en un mundo trastornado y, como dice el viejo poema, ‘escucho el sonido de un tambor diferente’”.









Llega a Córdoba “Early Stones”, la muestra de Michael Cooper que registra los primeros años de carrera de los Rolling Stones. Está supervisada por Adam, hijo del fotógrafo, quien asegura que esta exhibición permite vivir por un rato la experiencia de la década de 1960.









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