Agencias EFE y AP
Beijing. En una apuesta al futuro de los lazos entre su país y China, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció ayer que ambas naciones comenzarán a otorgar visas para sus ciudadanos, que serán válidas hasta por una década.
Sin embargo, los temas difíciles –como derechos humanos y comercio–quedaron en el aire, reflejando el difícil camino que tienen por delante las dos mayores potencias económicas del planeta.
Barack Obama dijo que “la prosperidad de un país no puede llegar a expensas de otro” y que Washington quiere que a Beijing “le vaya bien” para cooperar en diferentes campos.
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