jueves, 27 de noviembre de 2014

Los videojuegos tienen su orquesta

Ciudad Equis En los videojuegos, la presencia de la música es equivalente a su rol en el cine, aunque todavía exista cierto imaginario que la ubique en un escalón inferior. El menosprecio puede deberse a una serie de factores culturales, pero también técnicos: durante sus primeros años de desarrollo, estos juegos recreativos contaban con una banda sonora muy limitada –por lo general, en calidad de 8 ó 16 bits– y de carácter repetitivo. Aun con esas desventajas, hubo piezas que se volvieron clásicas en el rubro. Ariel Contreras-Esquivel compone bandas sonoras para videojuegos y dirige la Ostrich String Orchestra, un ensamble que actuará por primera vez el viernes, en el marco de la muestra Exivico, evento dedicado a una industria que crece a buen ritmo en Córdoba.



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