Noticias Todos conocemos a alguien que tiene la fantástica costumbre de llegar tarde a todos lados, siempre. Lo invitás a cenar a tu casa y cae para la sobremesa, van a un recital y llega para escuchar los bises o lo invitás al cine y te hacer perder los primeros 20 minutos de la película. Llega un punto en tu relación con esa persona, cuando ya lo lo conocés, en que aprendés que si querés que llegue a las 10, tenés que citarlo para las 9. Todos tenemos una pareja, un amigo o conocido que nos hace esperar siempre. Los psicólogos explican que hay varias razones que explican esta costumbre.
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