Mundo Esther Sánchez, un ama de casa mejicana de 42 años que lleva más de una década en Estados Unidos y tiene tres hijos estadounidenses, se enteró de que podrá salir de las sombras. “Hablaba con la pariente de una amiga que lleva aquí 20 años, trabajando toda su vida, pero que no tiene hijos nacidos en el país, esto entonces no la ayuda, ¿verdad?”, preguntó Sánchez. La respuesta a la pregunta de Sánchez es afirmativa y la deja con un sentimiento agridulce, dice. La inmigrante del barrio Jackson Heights, en Queens, Nueva York, aseguró que se acogerá a la iniciativa que anoche anunció Obama para suspender su deportación, pero dice que el plan “no es justo” para muchos otros como ella.
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