No todo lo que se suele repetir es verdadero, pero a veces no deja de ser interesante.
Sucede algo por el estilo con la pretendida etimología de la palabra “adicto” que –bajo una mirada un tanto psicoanalítica– se ha llegado a sugerir que proviene de la partícula “a” en el sentido de “no” (como en la palabra “anormal” que obviamente se refiere a lo “no normal”) y “dicto” como lo “dicho”, por lo que la “adicción” sería una suerte de imposibilidad del decir, algo que rozaría una gran dificultad de comunicar.
Lo sepan o no de forma consciente, las víctimas de este flagelo se han vendido. Y, sin dudas, lo han hecho a un precio vil, abaratando sus vidas.
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