Agencias Télam y EFE
Washington. La muerte de un adolescente negro, quien fue baleado por un policía en un pueblo del centro de Estados Unidos desató el fin de semana una ola de disturbios, saqueos e incendios que dejaron al menos 32 detenidos cuando convergieron a reprimirlos 300 policías de condados cercanos.
Un adolescente negro murió por varios disparos de policías blancos de Ferguson, a los que los afrodescendientes acusan de abusos. Protestas derivaron en caos.
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