Hay una manera singular en la que confluyen dos personas que se casan o, las más de las veces, deciden vivir juntas. Creencias, expectativas, modelos familiares y culturales, recursos y problemáticas individuales, etcétera, son elementos que, contextualizados en una sociedad determinada, hacen que tanto la construcción de esa pareja, el estilo de relación y comunicación, así como las modalidades con las que resuelven sus conflictos y los factores que pueden o no llevar a su ruptura, sean únicos para cada caso en particular.
El hogar, dulce hogar, está cambiando en un movimiento, a veces, a puerta cerrada y silenciosamente y, a veces, con estridencias.
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