El fiscal provincial Raúl Garzón imputó ayer a otros 17 policías, jefes de coche, que en la noche de los saqueos registrado en Córdoba en diciembre del año pasado, abandonaron las calles y se acuartelaron en barrio Cerveceros, en el sur de la ciudad.
Los involucrados eran quienes definían las órdenes de los patrulleros que cesaron sus funciones y se dirigieron a participar en la concentración que los policías realizaron pidiendo mejoras salariales y otras reivindicaciones laborales.
El fiscal Garzón los acusó de incumplimiento de deberes y de aplicación indebida de caudales públicos. Ya suman 36 los agentes acusados.
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