El municipio permitió que la chapa de taxi o remise fuera un bien de capital, que se puede vender entre particulares. Así, una licencia amarilla cuesta hoy 350 mil pesos; y una verde, 150 mil pesos.
Detrás de la iniciativa del radicalismo de instalar un sistema de monitoreo en taxis y remises de la ciudad de Córdoba por cuestiones de “seguridad”, está la intención de controlar ese servicio. Y detrás del rechazo de los taxistas y remiseros está, justamente, la negativa a ser controlados.
Hay una cuestión clave que siempre parece olvidada en las discusiones que se dan sobre los sistemas de autos con chofer de la Capital: se trata de una concesión que otorga el municipio.
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