martes, 21 de octubre de 2014

Fabián Tomasi, un ejemplo extremo





-Soy la sombra del éxito sojero”, repite siempre que puede Fabián Tomasi. A los 48 años, ya está jubilado. El certificado de Anses dice que padece “la enfermedad del zapatero” o una polineuropatía tóxica.


Todo su cuerpo refleja lo que él dice sin ninguna congoja: “Me mataron”. La razón de que sus extremidades sean sólo huesos, de que casi no pueda sentarse por el dolor y de que se le hayan borrado sus huellas digitales, son los agroquímicos.









Padecede una polineuropatía tóxica por manipular plaguicidas sin protección. Casi no puede caminar y se le han borrado sus huellas digitales.









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