Ya no se trata de la empresa multinacional Monsanto y de su cuestionado proyecto de radicación en Córdoba.
Ya no se trata de la empresa multinacional Monsanto y de su cuestionado proyecto de radicación en Córdoba. Ni siquiera del convenio que esa compañía firmó con la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba que generó una polémica interna de proporciones.
Lo que ocurrió ayer en el recinto del Consejo Superior de la UNC tuvo que ver con una condición básica del sistema democrático y con los resabios de autoritarismo que el propio sistema no ha podido superar.
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