Además de los cambios sustanciales que introdujo el Código Civil y Comercial para la vida cotidiana de todos los argentinos, también hizo otros cambios: el del lenguaje. En especial, en cuestiones de familia.
Las modificaciones se deben al "fuerte valor pedagógico y simbólico" del lenguaje y al uso peyorativo de algunos términos para nombrar realidades aceptadas socialmente, según se lee en los fundamentos que presentaron los juristas junto con el anteproyecto del Código.
El nuevo Código Civil y Comercial los considera peyorativos. Así, los reemplaza por las denominaciones "responsabilidad parental", "cuidado personal" y "uniones convivenciales".
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