Como pocas veces se ha dado en Sudamérica, las elecciones brasileñas generan un impacto directo en la definición regional. No sólo se decide la continuidad presidencial del PT o un cambio de línea ideológica: también se determina una noción de país. Se discute una proyección de política exterior y el futuro de la región en los próximos años.
La política exterior brasileña no puede entenderse como un aspecto cerrado. Desde el gobierno de Lula, es una política pública que genera fuerte impacto en la formación del ser nacional y el objetivo de país que se desea construir.
¿Prefieren sus ciudadanos un Brasil dentro de cadenas de producción global, como una pieza más del tablero, o un Brasil potencia, con todos los costos de liderazgo que ello trae a los ciudadanos?
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