La sugerencia para los viajeros es que, en un plan de vacaciones de una semana, Cartagena de Indias merece no menos de cuatro noches de estadía y, al quinto día, a la playa, en isla Barú.
Pero, antes de abandonar Cartagena, hay que darse un paseo por la ciudad amurallada a bordo de un mateo tirado por un caballo, cuyo conductor seguramente le irá detallando y explicando el nombre de las calles.
Si siente que la ropa le cruje como si estuviera almidonada, no se asuste, es el realismo mágico que lo ha transportado a la época colonial.
No se trata de una isla sino que era un istmo, o sea parte del continente, pero a alguien se le ocurrió hacer un canal, el Canal del Dique, y quedó separada. Hoy, un puente une ambos lados del canal y se puede hacer el trayecto por tierra.
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