miércoles, 19 de noviembre de 2014

Hong Kong: El espejo de la nueva China

Noticias El templo de Wong Tai Sin –el más popular de Hong Kong– huele a incienso y a mandarinas. Las mandarinas allí son chatas y redondas. Desde tiempos inmemoriales, los chinos las asocian con monedas de oro. Y por eso las llevan, como ofrendas, a los templos, con la esperanza de que los espíritus hagan florecer sus negocios, multiplicar sus riquezas. El Wong Tai Sin, como tantos otros rastros del viejo Hong Kong, está encerrado entre rascacielos que oscurecen el día. El pequeño archipiélago asiático se ha convertido en uno de los modelos de la transformación de su gigantesco vecino.



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