Hace unos cinco años, Ricardo Forster me dijo: “Las leyes se hacen para ser violadas”. Una frase hecha, pero dicha en un lugar sorprendente: el recinto de la Cámara de Diputados de la Nación, donde un grupo de pensadores habíamos sido convocados para ilustrar a un público de diputados y senadores.
Luis Alberto Romero*
Da la impresión de que se sedimentó una cultura política que va más allá del peronismo, para la que la ley no es importante en sí misma.
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