Mundo La sangre de San Genaro, patrono de Nápoles, se habría licuado parcialmente mientras Francisco estaba venerando sus reliquias. La sangre de San Genaro, patrono de Nápoles, se habría licuado parcialmente mientras Francisco estaba venerando sus reliquias. Al enterarse, el Pontífice bromeó y dijo que eso significa que el pueblo de Nápoles debe convertirse del todo. “Se trató de un extraordinario milagro”, anunció emocionado el cardenal napolitano Crescenzio Sepe, pues la sangre del santo no se licuó en las visitas a la ciudad del santo Juan Pablo II ni del papa emérito Benedicto XVI.
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