sábado, 18 de octubre de 2014

Cómo sería





Y un día no hubo niños. Sin saber por qué, no estaban. Se los buscó en lugares comunes y después en rincones insólitos, pero no aparecieron. Ninguna pista de sus gritos ni de sus risas.


Es cierto, no había desorden; pero tampoco juegos, ni raspones, ni curitas. El desparpajo sólo aparecía por casualidad en algún adulto enajenado.


En las plazas comenzaron a sobrar hamacas y toboganes. Los vendedores de globos paseaban con mirada perdida buscando nuevo trabajo. El silencio comenzaba.







Enrique Orschanski (Médico)






Es cierto, no había desorden; pero tampoco juegos, ni raspones, ni curitas. El desparpajo sólo aparecía por casualidad en algún adulto enajenado.









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