La salud de Roque Farrán (36) sigue en estado crítico. Las heridas provocadas por el proyectil calibre 22 en la zona abdominal le produjeron daños en diversos órganos.
Ayer, el investigador del Conicet fue operado una vez más en el Sanatorio Francés para solucionar un derrame pleural (en un pulmón) a través de un drenaje. Pero también los cirujanos debieron extraerle el bazo.
El paciente continúa sedado, con respiración mecánica, en unidad de terapia intensiva.
Los médicos siguen siendo extremadamente cautos, debido a su “estado crítico”.
No obstante, al mediodía de ayer se abrió una leve esperanza al percibirse cierta mejoría, siempre dentro del cuadro de gravedad.
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