Un veterano de la política sacó una conclusión que Mestre puede asumir como propia. “Si quiere ser un verdadero jefe de su partido, puede ser candidato a gobernador y perder, pero no será nada más si es candidato a la reelección y pierde la intendencia”.
Una docena de años atrás, en las barrancas del parque Sarmiento, frente al monumento a Evita, José Manuel de la Sota formalizó una carrera de tres meses hacia una candidatura presidencial.
Suponía que Eduardo Duhalde, presidente interino luego del colapso de 2001, lo terminaría de acompañar al poder, pero el bonaerense al final optó por apostar por Néstor Kirchner para frenar el regreso de Carlos Menem.
De la Sota jura ahora que, como entonces, no volverá sobre sus pasos para buscar otro mandato provincial.
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