En la mínima vidriera del mínimo local, todo parece tener forma de pene: chupetines, caretas, adornos de las vinchas, sorbetes o especie de pistolas.
También es el motivo de los dibujos de servilletas, naipes y hasta de una torta si así se lo pide. Sucede en el negocio de chascos y cachadas de José María Pineda, que ha virado al de souvenirs para despedidas de solteros, sobre todo de mujeres.
En la mínima vidriera del mínimo local, todo parece tener forma de pene: chupetines, caretas, adornos de las vinchas, sorbetes o especie de pistolas.
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